El pasado sábado 25 de Octubre asistí a estas jornadas, una vez más muy interesantes.
En primer lugar nos habló Miguel Esteban de Iscar sobre la historia del viñedo en la zona. Me pareció una exposición del tema muy interesante, de hecho se me hizo corto, el tema hubiese dado para un día entero. El viñedo existe en la zona desde mucho antes de lo que me imaginaba.
Más tarde Jesús Gómez de la bodega Solar de Muñosancho nos contó lo que era el viñedo cuando el llegó a la Seca y como ha evolucionado el mismo y su bodega.
Después pasamos a degustar los vinos genéricos del consejo, presentados por el sumiller Ignacio Gonzalez de la vinoteca Caprichos de la Reina Juana (Tordesillas). Probamos un Verdejo, un Sauvignon y un espumoso. No voy a detallar la cata de estos vinos pero comentar brevemente que el Verdejo estaba mejor que en otras ocasiones, el Sauvignon muy caracteristico de Rueda y el espumoso bastante malo, dulce y con demasiadas notas de Viura.
Por último catamos dos vinos presentados por Miguel Gonzalez.
Prius de Moraña 2013: Vino de la variedad Verdejo al 100 %. Limpio y brillante. Color pajizo con ribete verde. En nariz intensidad media. Olor a manzana verde, pera, heno y toque cítrico. En boca buena acidez con un amargor característico. El postgusto medio. En retronasal sale sobretodo la manzana verde. Precio al rededor de 6 euros. Un 88/100.
Lágrima de Prius 2013: Vino de la variedad Verdejo al 100 %. Limpio y brillante. Color pajizo con ribete verde. En nariz intensidad baja. Cuesta identificar olores, al cabo de un tiempo se aprecia toque a manzana verde. En boca muy bien compensado el toque dulce con la acidez. Fácil de beber e invita a seguir bebiendo. Postgusto bajo-medio. En retronasal sale al manzana verde. Precio unos 6.5 euros. Un 78/100. Este tipo de vino de baja graduación me parece muy interesante, sigue siendo vino y a la vez acerca a consumidores que no les gusta el vino de inicio. En definitiva un buen producto.
Tras esta cata muy bien llevada por Miguel, fuimos a comer a la Posada de Toño. Comimos muy bien, como siempre, y tuvimos una animada conversación entre los diferentes asistentes.
Después de la comida, visitamos la bodega, un autentico tesoro subterráneo en el cual Jesús nos contó muchas anécdotas e historias. Una visita muy recomendable.
Por último como siempre felicitar a los organizadores de estas jornadas y a todos sus participantes.
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