Recientemente tuve la fortuna de disfrutar de Lanzarote, de sus paisajes, vinos y viñedos.
El primer contacto que tuve con sus viñedos fue de la mano de Eduardo de Bodegas Martinón. Eduardo nos llevó desde su pequeña pero bien equipada bodega hasta su viñedo, donde pudimos observar su gran paisaje, peculiaridad de cultivo y dificultad del mismo.
Sus vinos, un espectáculo para el paladar, con un gran trabajo de maceración con pieles y crianza sobre lias.
El Martinón Malvasia seco 2015: vino 100 % Malvasia. Limpio y brillante. Color amarillo paja, con ribete dorado. En nariz intensidad media. Olor a fruta madura, como pera y sobretodo floral. En boca es carnoso, graso y muy equilibrado, con un toque mineral. Postgusto medio-largo. En retronasal sale las flores sobretodo. Precio unos 15 euros. Un 91/100.
Eduardo nos comenta que tras una gran añada tanto en producción como en calidad como fue el 2015, el 2016 solo se recogió un 30 % de uva de un año normal, por lo que nos va a ser difícil encontra vinos del 2016.
Tras la espectacular visita nos dirigimos a otra bodega, en este caso Bodegas Rubicón.
Allí nos recibe Sonja, en ausencia de Alberto González. Tras una breve visita a viñedo y estancias antiguas, así como las interesantes historias que hay dentro del recinto, pasamos a catar las diferentes referencias de la bodega.
Todos los vinos son muy interesantes, pero destacaré los sobresalientes.
Amalia Malvasia seco: Vino 100 % Malvasia. Limpio y brillante. Color pajizo con ribete acerado. En nariz intensidad media. Olor fruta tropical madura, toque mineral y floral. En boca tiene volumen, con un ligero amargor que le hace largo el vino y equilibrado. En retronasal sale sobretodo la fruta. Precio unos 20 euros. Un 90/100.
Sweet Gold: Vino 100 % Moscatel. Limpio y brillante. Color dorado con reflejos ambar. En nariz intensidad alta. Olor a flores, cáscara de naranja, vainillas, ahumados, muy complejo. En boca gran equilibrio dulzor-acidez. Posrgusto largo. En retronasal sale las flores sobretodo. Precio unos 50 euros. Un 91/100.
Agradecer tanto a Eduardo como a Alberto y Sonja las facilidades y el tiempo dedicado.
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