Una año más acudí al Sonorama. Este año fue muy especial en cuanto a lo musical. Respecto al vino fue espectacular, más referencias y 20000 botellas vendidas.
El stand de Ribera del Duero lo estrené el jueves a las 7 y cuarto de la tarde. La gente de la barra muy maja, y tras unas primeras horas de confusión respecto al pago y/o devolución de las copas, el servicio fue muy bueno. El problema con las copas me lo solucionaron rápido y de manera eficiente. Probé, creo que si no todas, casi todas las referencias disponibles en la barra normal (a la VIP no tenía acceso). Todos los vinos correctos y servidos en unas copas geniales, que manteniendo forma de copa, son de plástico.
Una reflexión, las copas eran a partir de 2 euros, si lo comparas con el precio de la cerveza u otras bebidas, salia muy a cuenta pedir vinos.
La idea del pasaporte Ribera, con su carné etc, es una idea muy buena, pero creo que hubo poca información y confusa. No obstante todas estas cosas nuevas son avances.
Los bares de Aranda variedad de vino y ambiente bueno. Aunque la estrella siempre será el Lagar de Isilla, donde cayeron 2 botellas de vino en compañía de otros frikis de los vinos.
En resumen el tema del vino en el festival progresa adecuadamente, pero como siempre hay que seguir ampliando y mejorando en el futuro.
Viva el Ribera del Duero, Viva el Sonorama!!!
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