El napping es un método sensorial basado en las similitudes.
Los primeros trabajos tenían como objetivo combinar el perfil sensorial y las técnicas proyectivas utilizadas en estudios sobre consumidores (Risvik y otros, 1994). En la década de los 2000, este método es utilizado para describir similitudes y diferencias entre productos.
Consta de una etapa de 30 minutos a hora y media, seguida de una etapa facultativa de unos 10 minutos.
En la primera etapa los productos son presentados a los jueces. Estos deben situar los productos sobre un mantel en función de la similitud percibida entre productos. Hay incluso programas informáticos para hacer más fácil el tratamiento de datos, dibujando los productos en un plano X-Y. En este plano, cuanto más cerca se sitúan dos productos entre si, más similares son. Y viceversa, cuanto más alejados, más diferentes.
El tratamiento de datos se realiza un análisis multifactorial y una clasificación jerárquica, mediante un cluster.
En la segunda etapa facultativa, se debe dar 2 o 3 descriptores que caracterízan a cada uno de los productos individualmente.
La ventaja de este método es que permite la obtención directa de distancias euclidianas entre los productos y de esta forma conocer las semejanzas y diferencias.
El problema que tiene es que algunos jueces tienen dificultades para representar sus sensaciones en dos dimensiones.
He de decir que este método, como otro, le he utilizado. Un ejemplo sería poner 6 vinos, 2 Ribera del Duero, 1 de Toro y 3 de Rioja, todos tempranillo (tinta de toro, tinta del país, o como queráis llamarlo) menos uno de Rioja que tuviese otra variedad. El resultado fue bastante bueno, los jueces supieron diferenciar por denominaciones y por variedades.
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