Este método se utilizaba inicialmente en psicología y marketing. En los años 90 se extendió al análisis sensorial para descubrir las percepciones de los consumidores.
Consta de dos etapas de una duración de entre 40 minutos y 2 horas.
En la primera etapa los productos son presentados a los jueces por grupos de tres. Estos deben indicar que muestra es la más diferente y describir que características diferencian esa muestra de las otras dos y cuales son comunes a las otras dos muestras.
En la segunda etapa las muestras son presentadas una a una. En esta etapa los jueces deben cuantificar la intensidad percibida para cada uno de los atributos generados en la anterior etapa sobre escalas lineales para cada muestra.
Cada juez tiene su propia lista de atributos.
Posteriormente para el tratamiento de datos se utiliza un análisis procluster generalizado y clasificación jerarquica generando un mapa de los productos definido para los atributos sensoriales.
Las ventajas principales son el ahorro de tiempo al no ser necesario el entrenamiento de jueces y la descripción exhaustiva del espacio sensorial.
El problema que tiene es que el número de productos que se pueden evaluar es limitado ya que el procedimiento induce a fatiga.
Como siempre para cualquier consulta o ampliar documentación, preguntad.
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