En estos días leo diversas noticias sobre el problema que se avecina, por la inminente entrada en vigor de la aplicación de una directiva europea de 1998, sobre la prohibición de la aplicación de sulfuroso para la desinfección de barricas.
La FEV (Federación Española del Vino) y el Consejo de Rioja, pertenecen al CEEV (Comité Européen des Entreprises Vins), ambos no han hecho nada para evitar que esta prohibición sea efectiva.
La manera de remediar lo que puede llegar a ser catastrófico sobretodo para la pequeña bodega, es realizar un dossier, cuyo valor asciende entre 300.000 y 500.000 euros. Países como Francia y Portugal que se oponen abiertamente a esta normativa han reunido 150.000 euros, pero en España nada.
Según la FEV las bodegas están informadas y no han mostrado interés por el dossier.
En mi humilde opinión, algo tan tradicional como la quema de pastillas de azufre para higienizar las barricas es absurdo prohibirlo. Más absurdo aún me parece si pensamos que en los vinos hay una cantidad de sulfitos reseñable para su conservación y que ya se declara en la propia botella para evitar problemas de alergias. Otro problema que veo con esta prohibición es que no se conoce ninguna alternativa de tan bajo coste como el tratamiento tradicional.
Como siempre en España tarde y mal.
La FEV (Federación Española del Vino) y el Consejo de Rioja, pertenecen al CEEV (Comité Européen des Entreprises Vins), ambos no han hecho nada para evitar que esta prohibición sea efectiva.
La manera de remediar lo que puede llegar a ser catastrófico sobretodo para la pequeña bodega, es realizar un dossier, cuyo valor asciende entre 300.000 y 500.000 euros. Países como Francia y Portugal que se oponen abiertamente a esta normativa han reunido 150.000 euros, pero en España nada.
Según la FEV las bodegas están informadas y no han mostrado interés por el dossier.
En mi humilde opinión, algo tan tradicional como la quema de pastillas de azufre para higienizar las barricas es absurdo prohibirlo. Más absurdo aún me parece si pensamos que en los vinos hay una cantidad de sulfitos reseñable para su conservación y que ya se declara en la propia botella para evitar problemas de alergias. Otro problema que veo con esta prohibición es que no se conoce ninguna alternativa de tan bajo coste como el tratamiento tradicional.
Como siempre en España tarde y mal.
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